QUÉ TE HACE FALTA:
- Brócoli. Sí, esa cosa que es como una coliflor pero no huele tan mal, es verde y cuando rompes un tallo parece como arbolitos, sí, eeeeso... (¡Y deja de jugar, NO son arbolitos! XD)
- Aceite de oliva.
- Ajo.
- Sal.
- Orégano (opcional).
CÓMO SE HACE:
- El brócoli puedes comprarlo congelado en bolsas o bien natural, pero tienes que cocerlo igualmente hasta que esté un poquito blando. ¡No te olvides de lavarlo si lo compras natural! A mí personalmente me gusta más o menos en su punto: Que se mastique fácilmente (mejor, para digerir bien) pero que no se quede blando. Un truquillo para comprobarlo: Remueve los trozos cuando lleve unos minutos cociéndose y si ves que las puntitas verdes se están desprendiendo, seguramente ya está.
- Cuando esté terminando de cocerse el brócoli -al loro porque son unos pocos minutos- ve calentando aceite en una sartén pequeña mientras pelas ajos en trocitos muy pequeñitos. y los echas en el aceite caliente hasta que estén dorados según te gusten más o menos quemaditos.
- Escurre el brócoli y directo al plato. Entonces le echas por encima todo el aceite con el ajo, añade la sal, y así ya estará completo pero puedes echarle un poco de orégano.
1 comentarios:
Oye, me ha gustado mucho esta receta.
Publicar un comentario